La destrucción del ecosistema marino tiene lugar cuando se ponen en peligro o se eliminan las condiciones óptimas para la vida y supervivencia de las plantas y los animales del océano.
En este artículo analizaremos cuáles son las causas que afectan de manera trascendental a la biodiversidad de los mares, principalmente aquellas causadas por el impacto de la actividad humana en los ecosistemas marinos.
Causas de la pérdida del ecosistema marino
Tanto los seres humanos como la misma Madre Naturaleza, son los responsables de la destrucción y pérdida de los hábitats oceánicos; pero la culpa no va por partes iguales.
Los huracanes, tifones, tormentas, tsunamis y otros fenómenos similares han provocado enormes transformaciones en los ciclos de vida de las plantas y los animales oceánicos; aunque suelen ser de manera temporal. Las actividades humanas, sin embargo, tienen consecuencias mucho más perdurables en el tiempo y su impacto es mayor.
Claros ejemplos demuestran cómo la mano del hombre puede influir negativamente en la biodiversidad marina:
- Los humedales son despejados y convertidos en sitios para construcción residencial, industrial y agrícola.
- Las ciudades, fábricas y actividades agrícolas producen residuos, contaminación y liberación de productos químicos que pueden ocasionar daños importantes a los arrecifes, la vegetación marina, las aves y los peces.
- Los diques internos interrumpen el flujo natural de nutrientes, bloquean las rutas migratorias de los peces y reducen el caudal de agua dulce, lo que aumenta la salinidad en las aguas costeras.
- La deforestación en áreas alejadas de la costa provoca la erosión y el desplazamiento de sedimentos hacia aguas poco profundas, obstruyendo la luz solar necesaria para el desarrollo de los arrecifes.
- Las prácticas de pesca destructivas, como la de arrastre y el uso de dinamita y veneno, dañan los hábitats tanto en áreas cercanas a la costa como en mar abierto.
- El turismo conlleva que millones de navegantes y buceadores tengan contacto directo con los frágiles ecosistemas de los humedales y los arrecifes.
- Los barcos portacontenedores y petroleros pueden dañar los hábitats con sus cascos y anclas.
- Los derrames de petróleo y otras sustancias tóxicas causan la muerte de miles de aves y peces, dejando atrás un ambiente contaminado que puede perdurar durante años.
El impacto del cambio climático
Sin duda, el factor más devastador de los ecosistemas marinos es el cambio climático. Los científicos aún están intentando comprender las consecuencias que el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera y el rápido calentamiento de la Tierra están teniendo en los hábitats marinos. Sin embargo, existen abundantes pruebas que indican que los océanos son los más afectados por estos cambios.
A medida que la temperatura terrestre aumenta, los mares son los que principalmente absorben el calor adicional. Incluso pequeñas variaciones en la misma pueden tener efectos significativos en los ciclos de vida de los animales marinos, desde los corales hasta las ballenas. Además, las temperaturas más cálidas provocan un excesivo derretimiento de los casquetes y glaciares, lo que conlleva un aumento en el nivel del mar y la inundación de estuarios.
Los elevados niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, en su mayoría producto de la quema de combustibles fósiles, son también absorbidos por los océanos, donde el gas se disuelve en ácido carbónico. Esta mayor acidez afecta negativamente la capacidad de los animales marinos, incluyendo el abundante plancton, para formar conchas, lo que impacta en la vida en la base misma de la cadena alimentaria oceánica.
![Delfines jugando en el hábitat marino, símbolo de la biodiversidad marina](https://test.precios-justos.org/wp-content/uploads/2023/08/delfines-habitat-marino-biodiversidad.jpg)
Acciones individuales para frenar el impacto de la actividad humana en los hábitats marinos
Existen una infinidad de pequeñas acciones diarias con las que el ser humano puede contribuir de manera individual a una mejor conservación de los océanos y los mares.
Utilizar menos productos de plástico
Este material representa una de las principales amenazas para los océanos. Para evitar la contaminación marina, es importante reducir el uso de botellas y optar por termos reutilizables, además de llevar bolsas de tela para las compras.
Hacer compras sostenibles de productos del mar
Muchas especies marinas están en peligro debido a la alta demanda y las malas prácticas de pesca. Es esencial buscar marcas o comercios que ofrezcan productos marinos certificados con prácticas sostenibles.
Utilizar productos biodegradables en las playas
Existen bloqueadores solares que no causan daño a las especies marinas.
No arrojar basura en las playas
Esta acción sencilla ayudará a reducir la presencia de residuos en el agua y a evitar las consecuencias de la contaminación.
No comprar productos que dañen la vida marina
Es importante evitar el uso de joyería hecha con coral o conchas, y accesorios fabricados a partir de tortugas de carey o tiburones.
Reducir las emisiones de CO₂ y disminuir el consumo de energía
A través de acciones simples, como usar menos el automóvil, cambiar a bombillas de luz fluorescente compactas y apagar las luces innecesarias, se puede contribuir a cuidar los mares.
Reducir y reciclar
Si no es posible evitar completamente el uso de plásticos, se puede reutilizarlos cuando sea posible y reciclarlos adecuadamente en los contenedores correspondientes.
![Coral saludable y peces en un ecosistema marino](https://test.precios-justos.org/wp-content/uploads/2023/08/coral-saludable-peces-ecosistema-marino-1024x768.jpg)
Conclusiones
Se están llevando a cabo esfuerzos continuos para proteger el ecosistema marino, como la instauración de vastos santuarios marinos donde se limitan las construcciones y se prohíbe la pesca, así como la promulgación de leyes que prohíben el vertido de aguas residuales y productos químicos en el océano.
No obstante, los científicos coinciden en que el impacto de la actividad humana en el ecosistema marino es inevitable y que se requieren medidas drásticas para prevenir las crisis oceánicas originadas por el cambio climático.