La contaminación del aire es un problema a escala mundial

La contaminación del aire es un problema a escala mundial

Por la contaminación, el 99% de los habitantes del mundo respira aire de mala calidad, tanto, que puede perjudicar la salud y aumenta el riesgo de enfermedades.

En el ritmo constante de la vida diaria, una persona adulta promedio respira de 8 a 16 veces por minuto, asumiendo que el aire que llena sus pulmones es puro y limpio. Sin embargo, una revelación alarmante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone en duda esta suposición. Según la OMS, el 99% de la población mundial está expuesta a una calidad del aire deficiente, lo que potencialmente puede desencadenar enfermedades graves.

La alarmante realidad de la contaminación del aire en las Américas

En la región de las Américas, donde se encuentra Argentina, la contaminación del aire se ha convertido en el riesgo ambiental número uno para la salud pública. Sorprendentemente, Argentina carece de normativas de calidad del aire y sistemas de monitoreo frecuente en la mayoría de sus regiones. Solo unas pocas provincias son la excepción a esta regla. Sin embargo, la creciente presencia de humo debido a incendios forestales envía señales claras de que es hora de priorizar la salud de la población abordando este problema de frente.

La carga de la contaminación del aire en América Latina

En América Latina, más de 150 millones de personas residen en ciudades que superan los estándares de calidad del aire establecidos por la OMS. La exposición prolongada a niveles elevados de contaminación del aire está vinculada a un mayor riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón. Los grupos más afectados son aquellos que viven cerca de carreteras transitadas o áreas industriales, así como aquellos que dependen de combustibles sólidos para la calefacción y la cocina.

Un balance desolador: las víctimas de la contaminación del aire

En 2016, se registraron alrededor de 249,000 muertes prematuras en la región debido a la mala calidad del aire exterior, mientras que aproximadamente 83,000 muertes prematuras estuvieron relacionadas con la contaminación del aire interior causada por el uso de combustibles sólidos en el hogar. A nivel global, se estima que cerca de 7 millones de muertes prematuras se atribuyen a la contaminación del aire, siendo el 88% de estas muertes en países de ingresos bajos y medianos.

Los peligros invisibles: dióxido de nitrógeno y material particulado

Los dos contaminantes del aire más comunes en entornos urbanos son el dióxido de nitrógeno (NO₂) y el material particulado, especialmente PM2.5, que se origina en actividades relacionadas con la quema de combustibles fósiles. Estas sustancias pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso ingresar al torrente sanguíneo, causando una serie de problemas de salud. El PM2.5, en particular, está relacionado con problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y afecciones respiratorias.

La lucha por un aire más puro

Frente a este panorama sombrío, es imperativo tomar medidas significativas. Reducir la dependencia de los combustibles fósiles, acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias y proteger nuestros bosques y árboles, que desempeñan un papel vital en la purificación del aire, son pasos cruciales en la dirección correcta.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, enfatiza la urgencia de abordar los desafíos de salud planteados por la contaminación del aire y el cambio climático, destacando la necesidad apremiante de un mundo menos dependiente de los combustibles fósiles. En tal sentido, acciones individuales o colectivas, y el aporte de agrupaciones ambientalistas sin fines de lucro, como Greenpeace, que difunden masivamente el crítico estado de situación, son fundamentales para lograr algún cambio. La salud de las generaciones presentes y futuras depende de nuestra capacidad para tomar medidas decisivas.