Una nueva esperanza para América Latina en su lucha contra el cambio climático

 Una nueva esperanza para América Latina en su lucha contra el cambio climático

América Latina es una de las regiones más afectadas por el cambio climático en el mundo. Tal vez por eso, y teniendo en cuenta el comienzo de la COP28 que se celebrará en Dubái, un grupo de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) de diferentes países de Latinoamérica decidió extender una carta abierta al presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien en breve asumirá también la presidencia del G20.

Los miembros de estos colectivos ambientalistas, que al igual que organizaciones del calibre de Greenpeace buscan concientizar a la población mundial para que se involucre en la lucha contra el cambio climático, creen que la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático es una oportunidad única para impulsar a los gobiernos del G20 a tomar medidas contundentes. 

Las propuestas descritas en la misiva enviada a Lula Da Silva son una muestra de la preocupación general que reina en la región acerca del futuro y de las consecuencias que el cambio climático podría deparar para sus habitantes. Y es que, a pesar de la riqueza natural que abunda en el continente, existen desafíos económicos, culturales y políticos que ponen riesgo el futuro de Latinoamérica. 

 ¿El G20 puede unir a América Latina en su lucha contra el cambio climático? 

A lo largo de los años, ha habido grandes esfuerzos en la región para lograr una integración real. Sin embargo, las diferencias de opiniones, además de las crisis económicas y sociales que son parte del día a día de los latinoamericanos han llevado a muchos a pensar que esta alianza representa una verdadera utopía. 

Pero para muchos de los miembros firmantes de esta carta abierta, la presidencia de Brasil en el G20 durante el próximo año no solo abre una puerta para romper con la dependencia de los combustibles fósiles en los países del centro y el sur de América, sino que consideran que podría ser el puntapié inicial para lograr de una vez por todas una  y fomentar la coalición real.

Organizaciones como Transforma, Chile Sustentable, Argentina 1.5°C, WWF, International Energy Initiative (IEI Brasil), y muchas otras, han firmado este mensaje con la esperanza de que los países en desarrollo de América Latina finalmente se alíen y luchen de manera conjunta contra esta seria amenaza para la vida en el planeta. 

El ejemplo histórico de las revoluciones

Los involucrados en la carta enviada al presidente brasileño, han usado la historia para ejemplificar cómo, cuando los países latinoamericanos trabajan juntos, pueden suceder grandes cosas. Hace más de 200 años, la corriente independentista que comenzó en la Argentina, fue contagiando a otras naciones, dando lugar a revoluciones en el resto del territorio que cambiaron el rumbo de la historia mundial. 

Este llamado a la historia resalta la importancia de superar los desafíos actuales que genera el cambio climático, entre ellos, las catástrofes ambientales, las crisis económicas, los desplazamientos forzados o la inseguridad alimentaria, mediante la unidad y el liderazgo regional.  

Además, los firmantes de la carta abierta han invitado a países como Uruguay, Paraguay y algunos estados vulnerables del Caribe a participar de este espacio de relevancia mundial. Asimismo, se ha extendido la invitación a dos grandes del continente, como México y Argentina, con el objetivo de consolidar el pacto regional. 

¿Cuáles son los compromisos ambientales de la carta? 

Las organizaciones han propuesto 6 compromisos ambientales fundamentales:

1) Transformación de la deuda para permitir el desarrollo sostenible: es decir, que el G20 ofrezca una solución efectiva a la deuda externa y a las disparidades que impiden a los países en desarrollo abordar la crisis climática. Por ejemplo, transformando los objetivos de las instituciones financieras para gestionar la deuda, ya sea canjeándola o suspendiéndola. 

2) Eliminación progresiva de los combustibles fósiles: para ello se debe reducir la producción de combustibles fósiles en un 40% para el año 2030. Este compromiso no solo busca disminuir las emisiones de CO2 y metano, sino también prevenir el desplazamiento climático de millones de personas. 

3) Impulso de la energía renovable: Este compromiso busca que al menos el 70% de la generación de electricidad en el año 2030 provenga de fuentes renovables como la energía eólica, solar, bioenergía moderna y el hidrógeno verde. 

4) Promoción de medidas que protejan la transición energética: Las ONGs solicitan que el G20 colabore con América Latina y el Caribe para evitar violaciones de derechos humanos, daños ambientales y desplazamientos de comunidades durante la generación de energía limpia. 

5) Conservación de la Amazonia: para ello es fundamental apoyar a los países amazónicos para que alcancen la deforestación cero, combatan la minería ilegal de oro y conserven el 80% de la Amazonia para el año 2030. 

6) Continuidad en la adaptación climática: Por último, las organizaciones exigen al G20 dar continuidad a la agenda de adaptación a la crisis climática iniciada bajo la Presidencia Argentina, visibilizando las necesidades y prioridades de adaptación para la región y garantizando el financiamiento necesario.