¿Cómo afectan las temperaturas extremas al cuerpo humano?

Cómo afectan las temperaturas extremas al cuerpo humano

Las temperaturas extremas, como las olas de calor o los climas helados, han demostrado que pueden ser letales para el cuerpo humano. Las mismas han llegado a números récord en los últimos años y esto ha tenido un impacto profundamente negativo en la salud global de la población mundial.

¿Cómo influyen las temperaturas extremas en la salud humana?

El cambio climático ha vuelto habituales los fenómenos extremos. Uno de los efectos más perjudiciales se vive en América Latina: los incendios forestales. La región concentra la mitad de los bosques primarios del planeta y la frecuencia con la que se presentan estos fenómenos aumentará en un 50% hacia 2050, de acuerdo con la Organización Mundial de las Naciones Unidas(ONU).

Otro de los efectos negativos se siente en la salud de los habitantes. El calor extremo ha causado la muerte de 61.672 personas solo en el verano boreal de 2022, según la fuente Nature Medicine.

Sin embargo, el frío excesivo tampoco se queda atrás. El mismo también se perfila como un agente extremadamente peligroso para el cuerpo humano a corto y mediano plazo. La diferencia es que sus consecuencias suelen manifestarse días después del episodio, a diferencia del golpe de calor, cuyos efectos son inmediatos. 

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) ha informado que el 37% de las defunciones se vinculan, de manera directa o indirecta, con el cambio climático. En Europa, se atribuye alrededor del 7% del total de fallecimientos a este fenómeno. En los países mediterráneos, como Portugal, Italia, Francia y España, los impactos del calentamiento global se manifiestan con creciente rapidez, anticipando un aumento de la mortalidad debido a las altas temperaturas en comparación con otras regiones.

¿El frío es más peligroso que el calor?

El desafío del cambio climático supone un tránsito imprevisible entre temperaturas excesivamente altas y bajas que podrían cobrar vidas en los años venideros. Las consecuencias de este fenómeno se traducen en olas de calor frecuentes e inviernos de frío muy crudo, cuya duración tampoco puede prevenirse debido a la inestabilidad del fenómeno.

A pesar de que el calor intenso ha cobrado vidas en todo el mundo, el frío resulta ser más letal. Las muertes atribuidas a climas fríos superan en más de 10 veces a las relacionadas con el aumento de la temperatura. Un estudio internacional reveló que las bajas temperaturas se asociaron con una tasa de muertes adicionales de 12.8 por cada 1,000 personas entre 1979 y 2019, en contraste con el calor que tuvo una tasa de 2.6 por cada 1,000. En particular, el 7.17% de las muertes registradas en Europa se debieron al frío extremo, según un estudio publicado en The Lancet Planetary Health, una revista especializada en análisis ambientales.

En la actualidad, pocas personas mueren por hipotermia, que ocurre cuando la temperatura corporal cae por debajo de los 35 °C y se manifiesta en una disminución del pulso y la piel tornándose azulada. Si no se recibe atención médica a tiempo, esto puede llevar a un paro cardíaco. Las principales causas de muerte están relacionadas con la reacción del cuerpo ante climas fríos, incluyendo colapsos circulatorios, aumentos en la presión arterial de los órganos internos y fallas orgánicas.

En términos generales, la mitad de estas muertes se deben a trombosis cerebral, mientras que solo una cuarta parte se relaciona con infecciones respiratorias. Otras condiciones letales asociadas a bajas temperaturas incluyen insuficiencia cardíaca, isquemia (la detención del flujo sanguíneo en las arterias), ictus (la ruptura de un vaso sanguíneo) y arritmia, según un análisis publicado en la revista científica Circulation de la American Heart Association.

Algunos pronósticos de las olas de calor son letales

Aunque las bajas temperaturas muestran un índice mayor de muertes que el calor extremo, gracias al calentamiento global se estima que se podría hablar de más decesos relacionados con las temperaturas elevadas debido a enfermedades como la hipertensión o problemas respiratorios relacionados con el calor. 

Por otro lado, algunas poblaciones son más sensibles que otras: la fatiga y los golpes de calor afectan más a los niños y ancianos que al resto de los habitantes. 

En épocas de altas temperaturas, cada grado representa un riesgo hasta tres veces superior al frío extremo. A diferencia de la exposición a climas gélidos, casos en que los síntomas pueden tardar varios días en aparecer, el calor ataca de forma directa, con repercusiones sobre la salud humana que se presentan en tan solo unas horas. 

La exposición prolongada a temperaturas elevadas puede dar lugar a deshidratación, insuficiencia renal, complicaciones cardíacas y otras afecciones graves. La peligrosidad del calor se agrava cuando no se dispone de acceso a aire acondicionado, suministro de agua potable y atención médica adecuada.

Según un análisis de la Universidad de Bristol del Reino Unido, países como Afganistán, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá se perfilan como los más susceptibles a los daños relacionados con el cambio climático, debido a sus economías frágiles, el crecimiento de la población y la limitada disponibilidad de atención médica.

Algunas naciones europeas, como Alemania, Bélgica y los Países Bajos, también enfrentan un riesgo significativo debido a su escasa preparación para enfrentar olas de calor cada vez más frecuentes. En la región de América Latina y el Caribe, gobiernos como los de Brasil y México han diseñado planes de mitigación para reducir los impactos de las altas temperaturas. Estos planes incluyen la construcción de paneles solares, viviendas ubicadas cerca de cuerpos de agua y la creación estratégica de áreas verdes con el objetivo de aliviar el estrés causado por condiciones climáticas extremas. Sin embargo, la ejecución de estos planes dependerá en gran medida del crecimiento económico de cada región.

La emergencia climática ha provocado innumerables fallecimientos en varias regiones del mundo. Según un estudio internacional publicado en el año 2021, se estimó que un 37% de las muertes debidas a temperaturas extremas serían evitables si los gobiernos se preparan y toman conciencia de los efectos del calor elevado en el cuerpo humano.