La energía nuclear en España es una gran problemática para todos sus habitantes. Crea residuos peligrosos para la salud y el medio ambiente que se mantienen radiactivos durante cientos miles de años, y los accidentes nucleares son los grandes responsables de arruinar regiones enteras.

¿Qué propone Greenpeace como solución o reemplazo a este tipo de energía? En este artículo lo desarrollamos. 

¿Para qué sirve la energía nuclear?

Esta energía puede aprovecharse para generar electricidad, pero antes debe ser liberada. Hay dos formas principales de liberarla: a través de la fusión nuclear y la fisión nuclear. En la fusión nuclear, la energía se libera cuando los núcleos de los átomos se combinan para formar un núcleo más grande, un proceso que es fundamental para la producción de energía en el sol. Por otro lado, en la fisión nuclear, los núcleos se separan en partículas más pequeñas, liberando energía. Las centrales nucleares emplean la fisión nuclear para generar electricidad.

Un aspecto interesante es que cuando se produce cualquiera de estas dos reacciones nucleares (fisión o fusión), los átomos experimentan una ligera pérdida de masa. Esta pérdida de masa se convierte en una gran cantidad de energía en forma de calor y radiación.

Aunque la producción de energía eléctrica es la aplicación más común de la energía nuclear, también se utiliza en una variedad de sectores, incluyendo aplicaciones médicas y medioambientales.

La energía nuclear en España….¿es para preocuparse o no pasa nada?

Algunos datos a tener en cuenta:

  • En España hay actualmente 7 reactores nucleares en operación, lo que representa una parte relativamente pequeña de los 442 reactores nucleares en funcionamiento en todo el mundo.
  • A nivel global, un total de 194 países cuentan con potencia nuclear instalada, y se destaca que casi la mitad de esta potencia se encuentra en Europa, lo que resalta la importancia de esta región en la producción de energía nuclear.
  • En cuanto a la edad de los reactores nucleares en España, estos tienen una edad media de 36,5 años, lo cual está por encima de la media mundial que es de 30,9 años. Esto puede tener implicaciones en términos de seguridad y renovación de la infraestructura nuclear en el país.

¿Cuál es el principal problema?

Las huellas de la energía nuclear son altamente contaminantes y muy duraderas en el tiempo, y sus riesgos, con accidentes que resultan devastadores para la salud de las persianas y los ecosistemas, hacen que la energía nuclear no sea una alternativa limpia y sostenible.

Una flota con unos cuantos años encima, como la que dispone España, aumenta los riesgos y amenazas de accidentes como el de Fukushima o el de Chernobyl, con un altísimo costo en el plano de lo social, lo ambiental y lo económico.

Los 442 reactores actualmente en operación en un total de 32 países producen alrededor del 10% de la electricidad mundial. El parque nuclear está envejecido y las nuevas construcciones sufren aumentos de los presupuestos previstos y retrasos prolongados en los plazos de construcción. Ni siquiera es una energía barata porque la instalación y el desmantelamiento de las centrales son muy caras, al igual que la obtención de la materia prima (uranio o plutonio) y la gestión de los residuos que se mantienen radiactivos durante cientos de miles de años.

¿Cuál sería la mejor solución ante el problema de las centrales nucleares casi obsoletas?

Una de las principales soluciones es mejorar la seguridad y programar el cierre de las centrales nucleares, así como, temporalmente, realizar una correcta gestión de los residuos radiactivos en almacenes individualizados(ATI) en seco. Potenciar los trabajos de seguridad en las centrales nucleares resulta crucial para evitar accidentes como el de Fukushima y el de Chernóbil, pero solo como paso intermedio antes de su cierre definitivo para llevar a cabo una transición energética 100% renovable. 

Por otro lado, es necesaria una reforma fundamental del régimen de responsabilidad nuclear. Esta debe ser estricta e ilimitada en el tiempo y en el alcance, debe determinar la responsabilidad de los proveedores, así como de los operadores; y garantizar una cobertura plena en todos los costes potenciales de un incidente o accidente nuclear. 

¿Qué está haciendo Greenpeace para ayudar?

Dentro de los altos riesgos asociados a la energía nuclear, Greenpeace pone énfasis en aquellas centrales que por su envejecimiento desmedido suponen un grave riesgo para la seguridad de la población y del medio ambiente; y también en todas aquellas iniciativas que traten de potenciar una energía innecesaria.

En la península ibérica, tras muchos años de campaña, la ONG ha podido celebrar el cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña. Esto ha significado abrir una puerta hacia el fin de la energía nuclear española.

Con respecto al resto de las centrales nucleares, las mismas necesitan ser desmanteladas, y sus residuos radioactivos gestionados adecuadamente para su almacenamiento durante periodos de tiempo incalculables. Esto implica la elaboración y ejecución de un sólido Plan de Gestión de Residuos Radiactivos que permita administrar de manera segura esta peligrosa basura nuclear durante periodos de tiempo incalculables. Esto será esencial para garantizar la protección del medio ambiente y la salud pública a largo plazo.